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En Loja no hace falta inventarse nada, porque aquí están los personajes y las situaciones más ingeniosas que fluyen, como por encanto, en ideas chispeantes y llenas de colorido del alma lojana integrados a una urdimbre fantástica, cuyo mayor capital es el sentimiento. Personajes y situaciones que son leyenda, de un cosmos que solo pudo y puede seguir existiendo aquí, en las faldas del mítico Villonaco, del Zañi y de Cajanuma. Aquí, entre los “dos juguetones riachuelos”; aquí, donde anidan llangaches, chilalos o pájaros lapos, bichauches, chirocas, güishcos, quillillicos, sucacas, tordos y mirlos; aquí, donde se cosechan sin sembrar: cherecos, quiques, salapas y joyapas y donde florecen los guayacanes amarillos con las lluvias de enero y los arupos rosados en la feria de septiembre, cuando viene la Churona de El Cisne.
Hoy traigo el segundo tomo de estas historias que se escaparon a la pluma que las escribía y se metieron a la imprenta de la UTPL, para vestirse con piel de papel y “tinta sangre del corazón”, y luego salir donosas y campantes a chontear por todas partes y contar historias de esta ciudad pequeñita repleta de leyendas, tradiciones y personajes, unos pintorescos, muy importantes y conocidos, otros totalmente 14 desconocidos, pero no por eso menos importantes ni menos pintorescos; personajes muy queridos, algunos; otros no tan queridos…, que existieron; y, como tal, constituyen parte de esa historia de esos hechos vividos o escuchados y, que, a través de ellos, podrán conocer esta encantadora tierra.
¿Qué lojano no nació para amar a su Loja? ¿Qué lojano, solo al escuchar el nombre de Loja, tas, tas, se le llena el corazón de recuerdos y añoranzas? Por eso digo que amo a mi tierra y a mis paisanos; los amo tanto y con tanta pasión, que hasta me parece que ya nací 15 amándolos; y que aún antes de nacer, ya los amaba embrionaria e intuitivamente. Y es este sentimiento de cariño a mi tierra, del que me he valido como mi más entusiasta colaborador, para poder plasmar estos escritos que se los dedico, con el más sincero y cordial afecto a todos quienes los lean.
Zoila Isabel Loyola Román.
Elizabeth Hernández
RESPONSABLE DE DIFUSIÓN CULTURAL - UTPL
DIRECCIÓN GENERAL DE RELACIONES INTERINSTITUCIONALES