La obra  literaria  trata  sobre un joven estudiante de medicina acepta la proposición de llevar a cabo una misión humanitaria en una región montañosa, pobre y aislada, situada a unos 100 kilómetros de la frontera con el Perú. Su deseo era ocupar inteligentemente el tiempo durante sus vacaciones y aliviar la pena que le había provocado la prematura muerte de su padre. Su aburrimiento era crónico en la ciudad donde vivía. Para evitar la angustia existencialista él escribía. Sin tener una formación académica literaria y basado solamente en su instinto logró un primer empleo remunerado en un diario local, donde encontró un lugar para ser reconocido. 

El sector donde iba a trabajar como voluntario era conocido por la presencia de enfermos de lepra. Aunque consciente del «riesgo», partió al descubrimiento de un mundo raro donde se mezclan sentimientos extremos dejando al descubierto individuos frágiles y marginalizados por una sociedad de consumo que solo acepta el éxito.  Su experiencia está matizada de momentos de gracia únicos que cambiarán para siempre su visión del ser humano y del lado oscuro, que alimenta la noción del bien y del mal.